Si sólo cambio dos llantas, ¿en dónde las debo poner?

Esta debe ser una de las preguntas más recurrentes que tenemos al momento de decidir cambiar las llantas de nuestro carro y muchas veces creemos estar seguros de la respuesta sin necesariamente preguntarnos si es correcta. Cambiar solamente 2 llantas en lugar de las 4 es mucho más común de lo que creemos; puede ser por cuestiones de presupuesto, pero además porque dependiendo de cómo o dónde manejamos, o de la frecuencia de mantenimiento y rotación de las llantas, cambiar sólo dos llantas puede significar un ahorro importante.

Entonces:

¿Dónde pongo las llantas si decido cambiar solo dos? Hay una tendencia generalizada a pensar directamente en tres posibles opciones, dependiendo de la información que tenga el comprador:

  1. Ponerlas adelante, porque ahí es dónde está la dirección, así el manejo es más seguro sobre todo en curvas porque el carro responde mejor al cambio de dirección con mejores llantas delanteras.
  2. Ponerlas donde hay más peso, porqué ahí se desgastan más rápido, entonces las nuevas deben ir ahí.
  3. Ponerlas en el eje de tracción (sea delantera o trasera, dependiendo del tipo de auto) porque así me aseguro de que el carro tenga buen agarre el momento de acelerar.

¿Te identificaste con alguna de las tres opciones? ¿Tal vez pensaste en otra alternativa que yo no haya escuchado antes y que no está contemplada aquí? Seguramente habrá varias otras posibilidades que también se discuten o se aplican día a día por conductores y por vendedores. Si estás seguro de dónde ponerlas, encuentra las llantas ideales aquí, si no, no te pierdas la respuesta!

Sin importar la cantidad de opciones, es poco común que nos cuestionemos si realmente esas opciones son las mejores o correctas. De hecho, la primera vez que conversé del tema con un experto en llantas, le dije que, según mi criterio, la tercera opción anotada arriba es la mejor. Este experto inmediatamente me corrigió, y me dijo:

“No, estás equivocado, cuando cambias solo dos llantas, lo mejor es poner ambas ATRÁS, SIEMPRE”.

A mí esta respuesta me sorprendió, porque la verdad nunca había escuchado que esa fuera la mejor opción ni por otros conductores ni vendedores de llantas. ¿Por qué atrás? ¿Para qué? –me pregunté-. Entonces le dije: “mi carro es tracción delantera”, inmediatamente y sin darme cuenta ya había cambiado de criterio y me había pasado a la primera opción. Aun así, no estaba convencido de que ponerlas atrás fuera lo mejor.

Ante mi incredulidad y también curiosidad por entender mejor del tema decidí pedirle al experto una explicación detallada. Tuve la suerte de estar hablando con alguien que aprendió todo lo que sabe de una de las mejores fábricas de llantas del mundo,  Michelin.

Enseguida recibí una explicación completa a todas mis dudas, que quiero compartir con ustedes  – #tequeremosseguro – 

Aquí las razones más importantes:

#1: Evitar los resbalones en piso mojado.

Esta es una de las características más importantes de un manejo seguro. Todos queremos evitar que el carro derrape cuando llueve o cuando nos topamos con un charco. Cuanto mejor sea el labrado de las llantas, la probabilidad de que el carro derrape disminuye por la mejor evacuación de agua, pero si solo podemos cambiar dos llantas, ubicar las de mejor labrado en el eje trasero resulta ser lo más conveniente. ¿Por qué?

Porque en la mayoría de carros, cuando están en movimiento y sobre todo al frenar, el peso del vehículo se inclina hacia adelante, que es donde está ubicado el motor (la única excepción a esta regla es en el caso de carros con el motor en la parte posterior) lo que hace que las llantas delanteras tengan un mayor apoyo en el piso, generando mayor adherencia. Si al motor le sumas el piloto y a veces copiloto, sumas peso adicional a la parte frontal del carro (la mayoría de las veces que manejamos estamos solos, o con solo una persona más). Esto hace que aumente la superficie de contacto de la llanta con el pavimento, aumentando la adherencia, lo que a su vez reduce la posibilidad de un derrape, reduciendo la cantidad de agua entre la llanta y el asfalto.

Por el contrario, las llantas traseras al tener menor carga por la distribución de peso estándar del carro (y si se pisa el freno en la curva – cosa común entre conductores no profesionales-, quitamos aún más carga de las llantas traseras levantándolas del piso), tienen menos empuje o fuerza contra el pavimento, es decir, hay menos superficie pegada al piso. Esto incrementa la probabilidad de que se forme una capa delgada de agua entre la llanta y el asfalto y en consecuencia un mayor peligro de perder adherencia (esto se conoce como hidroplaneo o aquaplaning). Si no tenemos suficiente peso atrás, la única arma que tenemos para evitar esta capa de agua es un buen labrado en nuestras llantas. Este labrado nuevo hace que se desfogue mas agua y por lo tanto, la superficie de la llanta que se pega al pavimento se mantiene seca y mantiene su agarre.

Cuando la llanta está libre de agua la capacidad de adherencia al asfalto es mucho mayor. Si te quedaron dudas, sigue el siguiente link para aprender cómo funciona el desfogue de agua de una llanta.

#2: Es más fácil recuperar rápidamente el agarre si perdemos el control en el eje delantero que en el trasero.

Supongo que más de una vez te ha pasado mientras manejas que el carro pierde adherencia y sientes que derrapa. Esto puede pasar tanto en el eje delantero cuando el carro sigue recto a pesar de que estas curvando las llantas (lo que se conoce como subviraje), o en el eje trasero cuando la cola del carro se sale de trayectoria hacia la parte exterior de la curva que estás tomando (lo que se conoce como sobreviraje). Aquí una forma sencilla de entender ambos problemas.

Es común creer que es más seguro tener un mejor agarre en el tren delantero porque es donde está la dirección, pero no te confundas, la realidad es que el agarre en ambos es no solo importante sino necesario. Lo que sucede es que si carro pierde adherencia, es la tracción en el eje delantero la que se recupera más fácil y más rápido y tenemos control sobre ella. ¿Por qué?

La respuesta más simple es que en el eje delantero tenemos movilidad hacia los lados gracias a que podemos maniobrar el volante y por lo tanto tenemos el control de la situación. Piensa en alguna ocasión en la que hayas sentido que tu carro pierde agarre, es normal que la reacción instintiva inmediata siempre sea mover el volante para cambiar la posición de las llantas y recuperar el agarre. Si el agarre se había perdido en el eje delantero, sentirás como el carro vuelve a la normalidad enseguida y ha pasado el susto. En el eje trasero el tema es un poco más complejo.

La adherencia en el eje trasero se pierde por dos razones principales, el exceso de velocidad al entrar a una curva, lo cual hace que el carro se vaya de cola, o bien un frenado inesperado durante la curva, lo que transfiere el peso a la parte frontal del auto y quita tracción a las llantas traseras. En ambos casos, mientras más desgastado está el labrado de las llantas, más probabilidades de ocurrencia hay.  Aunque si existen maneras de lograr corregir la pérdida de adherencia en el eje trasero, pueden ser maniobras mucho más complejas de lo que crees y se las vamos a dejar a los corredores profesionales. En lugar de recurrir a maniobras difíciles y potencialmente riesgosas, es más seguro confiar en el buen labrado de nuestras llantas.

Por eso recomendamos poner las 2 llantas nuevas SIEMPRE EN EL EJE TRASERO  y garantizamos que la cola del carro se mantenga fija en el camino si frenamos o exageramos involuntariamente la velocidad de entrada a la curva.

Todo lo que les explico aquí se cumple en carros de tracción en dos ruedas, pero,

#3: ¿Qué pasa si tu carro es “All Wheel Drive o AWD”?

Si tu carro tiene tracción constante en las cuatro ruedas, te recomendamos SIEMPRE cambiar las cuatro llantas. Por definición, este tipo de vehículos mantienen una tracción a lo largo de los dos ejes del auto SIEMPRE. Para controlar las diferencias de distancias recorridas entre llantas traseras y delanteras el vehículo tiene un diferencial que logra mantener la velocidad de ambos ejes para garantizar la seguridad del manejo. Si cambias solo dos llantas, estás causando una diferencia de diámetro (tamaño) entre las llantas de un eje  con respecto al otro.

Si resulta que un par de llantas tienen más diámetro que el otro par, las más grandes van a girar más lento que las pequeñas. Esto hace que se active constantemente el diferencial central del auto que es el que distribuye la tracción a las cuatro ruedas.  Si el diferencial se mantiene siempre activo, se desgasta de manera innecesaria y disminuye su vida útil. El diferencial es un elemento de seguridad muy importante, que además permite que el vehículo funcione correctamente y de forma segura.

Por eso, en estos casos, te recomendamos rotar permanentemente tus llantas (máximo cada 10mil kilómetros) y de esta manera aseguras un desgaste similar en las 4 llantas, maximizas su duración y minimizas los daños a tu vehículo.

Cuidas tus llantas, cuidas el diferencial, cuidas tu bolsillo y cuidas tu seguridad y la de tu familia.

Recuerda que en Llantas del Valle #tequeremosseguro